El dictador de Nicaragua Daniel Ortega dispuso la ruptura de las relaciones diplomáticas con el Vaticano, luego de que el Papa Francisco calificara al régimen sandinista como "una dictadura grosera, guaranga" y también "hitleriana".
Según informó el sitio Confidencial, la representante del régimen sandinista ante la Santa Sede, Yara Suhyén Pérez Calero, "comunicó verbalmente" la determinación en la Secretaría de Estado del Vaticano.
Las relaciones entre ese país y el Vaticano comenzaron en 1908, por lo que esta decisión pondrá fin a un vínculo diplomático de al menos 115 años. De esta manera, Nicaragua ingresó en el grupo de trece países que no mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede: cuatro comunistas (Vietnam, Corea del Norte, China y Laos) y ocho son musulmanes (Somalía, Omán, Mauritania, Maldivas, Comoras, Brunéi, Afganistán y Arabia Saudita), el otro es Bután, un reino budista en el sur de Asia.
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"Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Ortega)", dijo Francisco en una entrevista. "Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio".
Francisco se refirió de esta forma, sin nombrarlo, al obispo católico Rolando Álvarez, condenado en febrero a 26 años de prisión por, entre otros cargos, menoscabo a la integridad nacional.
El obispo de Matagalpa, de 56 años, estaba detenido desde agosto por conspiración y rechazó ser deportado a Estados Unidos con otros 222 opositores excarcelados y expulsados del país por ser "traidores a la patria".
"Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas (…) Son un tipo de dictaduras groseras", dijo Francisco. "O, para usar una distinción linda de Argentina, guarangas", agregó.
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Nicaragua enfrenta una ola de condena de la comunidad internacional debido a la deriva autoritaria del ejecutivo de Ortega, quien gobierna con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
El gobierno de Ortega impulsa una serie de acciones contra opositores a los que acusa de intentar un golpe de Estado en 2018, cuando se produjo una crisis social y política con multitudinarias manifestaciones y choques entre contrarios al gobernante y oficialistas que dejó decenas de víctimas y centenares de detenidos.
Desde 2021, el gobierno promovió el endurecimiento de las leyes para castigar el financiamiento externo a los opositores y detuvo a más de 200 líderes políticos, empresarios y religiosos, entre ellos el obispo Rolando Álvarez.
Por otra parte, la convivencia entre los sandinistas en el poder y la Iglesia católica de esa nación estuvo marcada por roces y desconfianzas en los últimos 43 años.
El país centroamericano no cuenta con un embajador ante la Sede Apostólica desde el 21 de septiembre de 2021, cuando Ortega canceló el nombramiento de Elliette Ortega Sotomayor, quien repuso en marzo de ese año al ex subdirector de la Policía Nacional, ex comisionado Francisco Bautista Lara.
ds