Una joven mujer se presentó a última hora de la noche del viernes (23.30) en la comisaría Alto Verde, en la fronteriza localidad de Salvador Mazza y pidió hablar con uno de los detenidos.
Luego, tras un breve diálogo con los policías presentes y los saludos de momento, la mujer se retiró dejando en la guardia un par de zapatillas de color rojo, para que se la entreguen al detenido a quien había ido a visitar.
Minutos después los uniformados que ingresaron en el último turno, luego de tomar las novedades del día procedieron a revisar las cosas que familiares de detenidos les acercan a diario, normalmente comestibles y elementos de higiene personal.
Al revisar una bolsa que contenía un par de zapatillas aparentemente nuevas y que tenían como destinatario a uno de los detenidos, cuya identidad está en reserva, los policías notaron algunas desprolijidades en el calzado y olor a pegamento reciente.
Es así que tras una minuciosa requisa, al levantar una de las plantillas, descubrieron que entre la misma y la suela de goma había un par de sierras de corte para acero rápido.
Ese elemento de corte de metales es muy utilizado en las herrerías para cortar las barras de hierro por lo que -tras el hallazgo- quedó claro que algunos de los internos o varios de ellos estaban siendo asistidos desde el exterior para consumar otra fuga masiva de presos, como es casi habitual en los últimos meses en las comisarías del norte de la provincia.
Inmediatamente se dio conocimiento a la fiscalía de turno de la tentativa de fuga abortada y el fiscal actuante ordenó identificar y ubicar a la mujer que dejó el par de zapatillas, pero no su detención o demora.