No hay hechos, hay interpretaciones, es una de las célebres citas de Frederick Nietzsche, sobre la cual el macrismo quiere fijar su legado mendaz. El gran filósofo alemán, que cuestionó la cultura y la filosofía occidental, expresaba con esa frase que la verdad es una conquista de la voluntad de poder. La interpretación sujeta a intereses económicos y políticos es la que el poder a través de las usinas mediáticas repite y que queda instalada como verdad. El reciente informe de la Jefatura de Gabinete del gobierno nacional pretende mostrar la situación de una Argentina brillante, dispuesta a despegar. Con indicadores cuestionados por los propios economistas ortodoxos que acompañaron su gestión, insiste en que la herencia que dejará a Fernández es la mejor del mundo. Es tan grosera la táctica que no resiste ningún análisis racional. Y fue refutada por un informe del Instituto Patria que demuele los ocho puntos que Marcos Peña y Mauricio Macri quieren dejar como legado para la historia. Sin embargo, sabiendo de la obscenidad del informe, ¿por qué insisten y replican con medios y periodistas que le son afines? Quizás porque descubrieron que hay un 40 por ciento de la población dispuesto a creer cualquier cosa. Lo comprobaron durante los cuatro años de gobierno y especialmente en el último tramo de la campaña electoral. Con gran impunidad y repitiendo eslóganes básicos («¡ahora viene el crecimiento!») tuvieron una audiencia acrítica dispuesta a creer que estaba librando una cruzada de fe por el destino de una Nación. Hemos expresado anteriormente que estamos en plena batalla cultural. El triunfo electoral del movimiento nacional no ha resuelto este problema. Los sectores del poder concentrado mantienen intacto su poder de fuego para destruir la construcción de un proyecto nacional, popular y democrático. Por eso, seguramente pasaremos a otra fase de la militancia, ya no por el voto, sino por la perseverancia de deconstruir los mensajes que las usinas del poder conservador cotidianamente contaminan la formación de la opinión pública. Cuando Alberto y Cristina expresan que la construcción del poder es una de tarea de todos, la primera es no bajar la guardia y seguir atentos para desmontar la realidad virtual que van a querer instalar. Tenemos un aliado fundamental, la realidad, que como decía el General Perón citando a los filósofos griegos, es la única verdad.
Por:MIGUEL TANOS