Ricos en proteínas y vitaminas, comer insectos ahora también es posible en platos de lujo. Según el chef, Laurent Veyet, son ricos en proteínas.
París siempre fue cuna de la mejor y más moderna gastronomía, pero los insectos habían sido hasta ahora un ingrediente predominante en cocinas más bien exóticas como la mexicana o la del sudeste asiático.
Hasta que abrió Inoveat. Este curioso restaurant, ubicado en el n°5 de la calle Marie Stuart del segundo distrito de la Ciudad Luz a solo pocas cuadras del museo del Louvre ofrece magníficos platos elaborados con grillos y gusanos.
La carta invita a degustar por ejemplo un Carpaccio de salmón marinado con cerezas e insectos comestibles; Carpaccio de zucchinis, tomates confitados e insectos; Declinación de verduras frescas del mercado, insectos crujientes y puré de batatas con especias o una hamburguesa vegetariana de grillos.
Para los menos osados, hay platos que incorporan a los bichitos en forma de harina o polvo, por lo tanto uno puede comerlos casi sin darse cuenta.
“Los insectos son parte de los ‘súper alimentos’, naturalmente ricos en proteínas, vitaminas, ácidos grasos omega-3, hierro, fibra y calcio. Al exhibirlos junto con las frutas de temporada, los pescados y los diferentes tipos de carne nos permiten ofrecer a nuestros clientes un menú muy equilibrado”, sostienen en la página web.
Laurent Veyet, el chef del lugar, explica además que su consumo es mucho más ecológico que el de otros animales como la vaca o el cerdo ya que los criaderos de insectos no generan grandes impactos al medio ambiente.
Todos los insectos que se consumen en Inoveat provienen de un productor especializado ubicado al sur del país en Toulouse.
Además de servir platos que se cocinan a la vista de los comensales, el restaurant ofrece productos como snacks salados de insectos, fideos secos en base a harina de insectos, barras de cereales y otras delikatessen con patitas.