Pasadas las 17.30, el ex presidente brasileño fue liberado de la Superintendencia de Policía Federal de Curitiba. Se trata de un momento clave para la región. Minutos después de las 17.30 de este viernes el dos veces presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dejó la Superintendencia de la Policía Federal donde permanecía detenido desde el 7 de abril de 2018.
Ante la multitud congregada para acompañar su liberación el ex mandatario se mostró emocionado, agradecido con quienes mantuvieron la vigilia en las afueras de la prisión durante 580 días, pero principalmente se mostró decidido a volver a la lucha política de la que se lo quiso apartar.
"Tanto tiempo sin verlos" comenzó Lula su primer discurso tras recuperar la libertad y agradeció uno por uno al comité que mantuvo la vigilia y lo acompañó desde las calles a lo largo de toda su detención.
"Ustedes no tienen dimensión de lo que significa estar hoy aquí junto a ustedes. No pensé que el día de hoy iba a estar conversando con ustedes" dijo y destacó el acompañamiento de quienes mantuvieron la vigilia.
"No saben lo que siginifcó para mi durante estos 580 días que estuvieran aquí, bajo la lluvia, con frío, griandome cada mañana 'buen día Lula', era bueno saber que estaban ahí, ustedes son el alimento de la democracia y lo que necesitaba para poder resistir" dijo Lula.
El ex mandatario aseguró que vatos sectores de la política y la justicia "trabajaron para criminalizar a la izquierda, para criminalizar al PT y para criminalizar a Lula".
Y siguió: "Tienen que entender que no metieron preso un dirigente, no metieron preso a Lula, intentaron detener una idea y las ideas no se matan".
"Salgo de aquí con 74 años, con mi corazón lleno de amor, porque el amor va a vencer en este país. Hay que seguir luchando" concluyó el ex mandatario que ya se mostró dispuesto a retomar la militancia política. De hecho este sábado dará un discurso en la sede del sindicato de los Metalúrgico en Sao Bernardo do Campo, el sindicato que lo vio crecer y el mismo lugar en el que estuvo antes de entregarse a la policía luego de que el entonces juez Sergio Moro, devenido en ministro de Justicia, ordenara su detención.