Según supo Página I12, el jueves último, los cuatro presidentes de las entidades de la Mesa de Enlace, luego de haber participado activamente en la confección del nuevo dólar soja, le avisaron al ministro de Economía, Sergio Massa, que no participarían de la foto del anuncio. En principio, la comunicación se haría el viernes, pero se pasó para el domingo luego del atentado contra la vida de la vicepresidenta, Cristina Kirchner. En el evento estuvo la agroindustria, las Bolsas de cereales, los exportadores y las economías regionales, y pegaron el faltazo Carlos Achetoni, de Federación Agraria; Nicolás Pino, titular de Sociedad Rural, Jorge Chemes, de Confederaciones Rurales y Carlos Iannizzotto, de Coninagro. Lo curioso es que sí mandaron a la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) y Agricultores Federados Argentinos (AFA). La primera entidad depende de Coninagro y la segunda, de la Federación Agraria.
No se lo confesaron a Massa, pero el Gobierno lo sabe. Tres de las cuatro entidades de la Mesa de Enlace están en medio de proceso de recambio de autoridades, y no quieren mostrarse ni moderados ni cercanos al Gobierno. La referencia es para FAA, Coninagro y la Sociedad Rural, que en veinte días va a las urnas, siendo además la entidad con mayor componente político ideológico conservador. Y la más presionada por las bases para sostener la dinámica de conflicto. Desde FAA afirman además que hace tiempo Achetoni se viene desmarcando del Gobierno, para tratar de sostener una conducción que está siendo muy cuestionada por la propia entidad.
Achetoni usó la cuenta de Twitter propia y de FAA para el mismo domingo anoche reclamar que la ayuda no llegaría a los pequeños productores. Mientras que Pino, de la SRA, afirmó que “esta medida del dólar soja, si bien debería representar una mejora en el valor del producto, está lejos de acercarse al precio internacional como pasa en países vecinos como Uruguay o Paraguay”, expresó Pino. Y agregó que “desde la SRA apelamos a un dólar único, sin brecha, que es algo que necesita todo el sistema para poder funcionar correctamente”.
Estas manifestaciones públicas sobre la medida son para el Gobierno parte del juego político. “Cuando nos reunimos, salieron a bancar y dijeron que habrá ventas”, contó alguien del oficialismo a este diario. De hecho, la última reunión pública de Massa y el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, fue en la sede porteña de Coninagro en un almuerzo que generó elogios de toda la dirigencia presente. Fue esa comida el corolario político de la decisión de tener un nuevo dólar soja, tras varias semanas en las que la medida previa no había tenido efecto.
Naturalmente, exigida por sectores más conservadores, la Mesa de Enlace entiende que, aún con el beneficio, es mejor esconder las cartas por un tiempo. En los cálculos del Gobierno, además de los 5000 millones que pondrá la agroindustria en septiembre, se esperan fuertes ventas de productores de soja, sobre todo los vinculados a SRA. El problema para el oficialismo vendrá en octubre, cuando se extinga el cambio diferencial y se deba, una vez más, buscar vías de aporte alternativas a las reservas del BCRA.
La otra reacción política a la medida anunciada por Massa vino desde los sectores más vinculados al PRO. Hubo dos focos: primero, un comunicado de las Sociedades Rurales de Colón, provincia de Buenos Aires, Rojas, Baradero, San Pedro, Pergamino, la Asociación de Productores de Capitán Sarmiento y Areco. En ese texto, titulado “Todos bajo una misma moneda”, empujan hacia la idea única de la devaluación. “El campo debe rechazar un tipo de cambio diferenciado para el agro -afirman- Nada bueno sucederá de andar consiguiendo beneficios temporales de las migajas de un burócrata de turno”. Luego del palo duro al ministro de Economía, agregan que “tampoco sería feliz ser beneficiario de esta práctica. Sólo sirve para dividir posturas entre actores productivos”.
En esa línea, estallaron de mensajes similar los chats de los grupos de Whatsapp “Gurú Agro” y “Gurú Ganadero”, que nuclean a productores, consultores y dirigentes políticos con ascendencia en dirigentes de Juntos por el Cambio. Allí escriben, entre otros, el ex ministro de Agricultura de Mauricio Macri, Luis Miguel Etchevehere y David Lacroze, ex SRA y Junta Nacional de Granos, financista del PRO y quien le presta la casa de veraneo al ex presidente en Villa La Angostura. Allí hubo fuertes llamados a no vender para no favorecer al Gobierno. Y llamó la atención un flyer muy directo: “Querés seguir siendo esclavo? Vendé a 200, yo no”, reza el texto. La ilustración es una letra K en tipo grande tachada como en las señales viales de prohibir.
De Pagina 12